Los osos de anteojos son la única especie de osos que viven en América del Sur. Se han identificado alrededor de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. Son capaces de desarrollarse con éxito variedad de condiciones que incluyen zonas forestales, matorrales desérticos y pastizales de montañas, sin embargo, buscan principalmente árboles, donde se construyen una plataforma para descansar y almacenar los alimentos.
Los osos de anteojos son especies relativamente pequeñas en comparación con otras especies de oso. Los machos adultos pueden variar en peso desde 220 a 440 libras, mientras que las hembras de 77 a 181 libras. Su longitud puede variar desde 120 a 200 cm. Los machos son un tercio más grandes que las hembras. Tienen las garras largas, diseñadas trepar en arboles altos.
Son osos muy tímidos, por lo que no es común la iteración con humanos. Sus hábitos son principalmente diurnos o mixtos, diurno y nocturno, de acuerdo con el lugar donde viven. Estos osos no hibernan, pues el alimento está disponible durante todo el año en su hábitat. Los osos de anteojos son omnívoros. Son capaces de comer con éxito plantas residentes en el medio silvestre. Algunas de estas plantas incluyen palmeras, cactus, o bulbos de las orquídeas. Su dieta se compone principalmente de plantas vivas, pero comerán carne de vez en cuando también. Durante ciertas épocas del año, cuando varios árboles ofrecen fruta, se alimentarán de estas. Pueden ser demasiado codiciosos, y dormir en un árbol que da frutos para poder seguir alimentándose después de haber descansado. También se alimentan de miel, caña de azúcar y maíz, siendo los animales de presa, una muy pequeña parte de su dieta.
Debido a la destrucción de los bosques, la agricultura y la caza furtiva, se cree que el número de los osos de anteojos ha disminuido en los últimos 20 años. La falta de conocimiento sobre su distribución y estado, han sido el mayor obstáculo para protegerlos..