Desde las montañas Yukon en Canadá hasta el final de la Cordillera de Los Andes en Sudamérica, el territorio que abarca el hábitat natural del puma es más extenso que el de cualquier otro mamífero grande en el Hemisferio Occidental. Considerado como una especie muy exitosa, el puma habita una amplia variedad de hábitats, desde el nivel del mar hasta más de 4.000 mt de altura en la Cordillera de Los Andes, de bosques tropicales a bosques templados, y en desiertos y savanas. No es de sorprender, por lo tanto, que este felino, el segundo más grande del Hemisferio Occidental, sea conocido localmente por varios nombres diferentes, como león de montaña, pantera, puma concolor y león.
A pesar de ser delgados y extremadamente ágiles, muy similar a los gatos domesticados, los pumas pueden crecer tanto como una persona adulta. Los pumas machos adultos normalmente crecen hasta los 2.4 mt de largo desde la nariz hasta la cola y las hembras promediando los 2,05 mt. El largo de la cola es más de 1/3 del largo total. La cola les sirve para mantenerse en equilibrio mientras persiguen a su presa y recorren el paisaje. Los machos, una vez completamente desarrollados, pueden pesar entre 53 a 100 kg, mientras que las hembras pesan entre 29 a 64 kg, una vez que alcanzan la adultez. Los pumas cuentan con patas traseras grandes y fuertes que les permiten saltar a una altura de hasta 5,5 mt verticales e impulsarse cerca de 12 metros horizontales. Sus grandes y poderosas garras están bien diseñadas para poder agarrarse a las superficies, permitiéndoles escalar laderas rocosas con facilidad y moverse con habilidad a través de varios tipos de terreno, así como atravesar la nieve profunda usando sus patas resistentes a la nieve.
Los pumas, al igual que otros felinos grandes, son típicamente solitarios y territoriales por naturaleza. La interacción entre los pumas adultos es inusual, y generalmente se limita sólo para el apareamiento, después de lo cual las hembras se dedican solas al cuidado de sus crías. Las pumas hembras se reproducen una vez cada dos o tres años con una camada que varía entre uno a seis cachorros. Los pumas recién nacidos son ciegos y llevan manchas en sus pieles, que luego pierden una vez que llegan a ser adultos. Los cachorros dependen completamente de la madre durante los primeros seis meses y sólo comienzan a practicar sus habilidades de caza después de cumplir medio año, cazando más que nada mamíferos pequeños como liebres y roedores.
El énfasis que ha puesto Conservación Patagónica en la creación del parque ha sido malentendido como “protección para el puma,” lo cual se ha convertido naturalmente en un tema controversial a nivel local. Después de años de trabajo en terreno y recolección de datos sobre los movimientos y hábitos alimenticios de los pumas del parque, ahora sabemos que su dieta consiste mayormente de guanacos y liebres europeas, los cuales son bastante abundantes dentro del parque. Afortunadamente, la cantidad de huemules depredados anualmente por el puma ha sido bastante baja. Una amenaza mucho mayor para el huemul son los ataques de los perros domésticos locales. El porcentaje del ganado cazado por pumas es bastante baja, y esperamos que esta estadística fundamental logre disminuir la cantidad de pumas que son cazados con la creencia de proteger el ganado.